martes, 13 de abril de 2010

ENTREVISTA A EMILIO CALATAYUD

http://www.youtube.com/watch?v=EcHBZRmuEYE
http://www.youtube.com/watch?v=gryFy3ZcFXM&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=EwIR4HURQK4&feature=related

Este vídeo refleja una entrevista a Emilio Calatayud, juez de menores de Granada. El entrevistador es Jesús Quintero. El tema que tratan en la entrevista es principalmente, el caso de Marta del Castillo en el cual hay acusados algunos menores. La intención de esta entrevista es transmitir la visión de un profesional de la justicia (juez de menores) sobre el caso que, tanto se ha difundido de Marta del Castillo, una menor de edad de Sevilla desaparecida, caso del que aún no se conocen los hechos. Emilio Calatayud defiende que el imputado principal está en su derecho de defenderse, de no decir la verdad. El hecho de ocultar el cadáver no agrava su condena, pues es un principio de in dubio pro reo: defensa propia ante un delito. El que tiene que probar es el que acusa no el que comete el delito, el cual tiende a defenderse. El problema recae, según Emilio Calatayud en las investigaciones policiales. Según él, que apenas conoce el tema según indica, al principio se perdió mucho tiempo, no se intervino con rapidez, de ahí las consecuencias de que estén mintiendo a la policía. Le parece intolerable la poca ética profesional y de los medios de comunicación. Propone así una alianza de partidos para consensuar y dictar leyes que pongan fin a problemas como los que surgen día a día con ánimo constructivo sin ambiente de conflictividad ni oposición. Piensa que cada uno va a su bola y la sociedad reclama cambios urgentes a los que no se dan respuesta. Emilio sostiene que tan importante es el sufrimiento de los padres de la víctima como el de los padres de los acusados. Cree que los jóvenes cada vez son más niños porque se les atribuye menos responsabilidades. Se cuestiona así si cabría retrasar la mayoría de edad pese a esta inmadurez. Por ello, la educación debe incluir límites desde que nace el niño; los niños tienen derechos y deberes desde el día que nacen. La justicia también hay que revisarla, existen muchas incongruencias. La ley del menor, piensa el juez que es dura, incluso más contundente que la de mayores pero que se ha explicado mal. Ha aumentado el maltrato infantil sobre los padres en clases media-altas. La sociedad es cada vez más violenta. Los chicos no se comunican eficazmente, no saben expresarse. Los medios de comunicación difunden información sobre la sobreprotección de los menores, tienen muchos derechos, pocos deberes. Plantea reformas legales sobre la responsabilidad de empresas que cuelgan en internet información que afecta a la educación de los menores. Pese a todo, hay que confiar en los menores. Una de las sentencias que más reitera es condenar a sacarse el graduado escolar. Con el caso de Marta concluye diciendo que finalmente, no se hará justicia, sino que se aplicarán las leyes.

En este vídeo Emilio Calatayud hace aportaciones muy interesantes que comparto con él y otras que no comparto.

Como bien dice el juez la educación de los jóvenes falla, y falla desde que nacen. Hoy día, los padres, cuando nacen los niños acostumbramos a acomodar las condiciones del bebé sin partir de las necesidades del mismo sino adaptando nuestros intereses. Por ejemplo, acostumbramos a dormir al bebé en la cama de los padres para que no llore mucho porque al día siguiente tenemos que trabajar y debemos descansar. Por otro lado, el bebé desde muy pequeño, por las condiciones laborales de los padres, se queda a cargo de otros familiares o guarderías. Ello influye en la educación del bebé. Si revisamos los derechos fundamentales del niño, uno de ellos se corresponde con el derecho a crecer en el seno de una familia que le proporcione afecto y amor. Ello difiere bastante con las condiciones en las que crecen algunos bebés, cuyos padres prefieren una estabilidad laboral antes que familiar, lo que influye negativamente para el desarrollo del menor. Por otro lado, se les inculca desde los medios de comunicación y en el seno familiar a veces, que son sujetos de derecho pero no se habla de deberes. De ahí que el niño a veces adopte posturas de autoridad en casa olvidándose de la figura de los padres. La educación en valores es fundamental en el seno familiar. Pero también cabe pensar que este problema tiene otra raíz y es que algunos padres no están preparados para ser padres. Es algo que hay que tener en cuenta desde la intervención educativa. Independientemente de la edad, todos los padres no están preparados para ser padres porque a lo mejor esos padres no se han desarrollado en un ambiente familiar en el que haya aprendido unos valores que poder transmitir o por diversas circunstancias no se sienten preparados. Por ello, hay que atenderlos y transmitir una formación básica y elemental desde el ámbito social y así se evitarían algunos problemas que nos rodean. Cierto es que los menores, en su segunda infancia, tienen como referente principal el grupo de iguales, de ahí que haya que abordar en doble sentido desde el ámbito educativo. El grupo de iguales es bastante influyente en estas edades, de ahí que se deba reforzar la autoestima, la identidad y los valores esenciales en este grupo de menores para evitar las influencias y la desviación de la educación de los padres. Pero aquí, toca parte importante a los padres también porque deben controlar las amistades de los hijos, los lugares que visitan y las horas de entrada y salida. Según Emilio Calatayud jugamos también con la suerte de cómo sea el niño, según he entendido. A mi parecer, la suerte es una excusa que usan los padres para trasladar el problema y centrar el origen de los problemas de la educación en otra cosa que no sea un fallo en la educación de los padres.

En cuanto a la justicia y la ley del menor, creo que no se actúa con coherencia. Se confunde la edad biológica del menor y sus capacidades para obrar. La ley del menor es dura, según Emilio Calatayud, incluso más contundente que la de los mayores. A mi parecer, la ley del menor será más dura pero más incoherente por el motivo expresado anteriormente. Dicha incoherencia provoca que exista tanta violencia entre menores y desde menores a mayores. El problema no está en lo dura que sea, el problema es que no se lleva a cabo una buena labor de ejecución de las medidas que impone la ley.

Ante un problema de un menor hay que buscar el origen, no pensar directamente en la reinserción sino actuar de manera coherente y analizar qué está fallando. No quiere decir ello que no apueste por la reinserción, pero sí que hay que detenerse también en el origen del problema, no evitarlo. Ante lo que defiende la ley con respecto a considerar que un niño menor de 14 años no es consciente de sus actos y, por tanto la ley no recoge medidas para ellos no lo creo conveniente. Parece ser que la misma ley los ampara en el sentido en que no propone medidas para ellos. Apuesto por una reforma para que ello se modifique.

Con respecto a la cadena perpetua no estoy de acuerdo con ella porque ello supondría retroceder a épocas pasadas y olvidarnos de nuestro crecimiento y de la consolidación de un Estado democrático y de derecho, lo que hay que hacer es actuar de forma coherente y desde el origen sin perder tiempo, y aunque ello parece fácil no lo es. Apuesto además, porque a los profesionales de la justicia y de lo social se destinen presupuestos para su formación en estos temas.

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